Desde Almagro hasta Jerusalén, la Escuela ORT celebró la Independencia de Israel con un emotivo documental

En cinco sedes en simultáneo, se presentó «Embajadores de la Memoria».

Cómo se vivió la proyección del film que muestra el viaje de los alumnos a través del recuerdo del Holocausto.

 

Una espectadora niega con la cabeza. Dice que no para sí misma ante la pantalla que cuenta el horror del Holocausto. Las ojos se le humedecen a medida que el relato avanza por los campos de concentración, las fosas comunes, las cámaras de gas. Es solo una de las presentes que se emociona con «Embajadores de la Memoria», que hoy presentó la Escuela ORT.

 

La escena sucedió en la sede del colegio en Almagro, pero el documental se vio en simultáneo en otras cinco plazas: en las sedes de ORT en Belgrano y Rosario, en el colegio BAMI Marc Chagall y en el Muro de los Lamentos, en donde están los marchistas 2018. La fecha de su presentación no fue casual. Coincide con el 70 aniversario de la Independencia de Israel.

 

«Sentimos una profunda emoción de ver reflejada la etapa más oscura de la humanidad en el documental», dijo a Infobae Adrián Moscovich, director ejecutivo de ORT. «Nos convoca a tener latente en la memoria que hechos como el perpretado en el pasado no deben repetirse. No existe justificación en un hombre que elimina a otro por pensar distinto, profesar otra religión o tener otro color de su piel», agregó.

 

La película, producida en su totalidad por personal del colegio, muestra el viaje de más de 200 alumnos -judíos y no judíos- de cuarto año por Polonia e Israel. Entre estudiantes, padres, autoridades e interesados, la sala central donde se proyecta no dio abasto. Debieron abrir otras dos para que toda la comunidad educativa pudiera seguir el documental.

 

«Embajadores de la Memoria» presenta un contraste notorio. El mismo contraste que vivencian año a año quienes participan de Marcha por la Vida. La primera semana se desarrolla en Polonia, con la historia atroz que cuentan sus campos de exterminio. La segunda transcurre en Israel, donde la alegría toma la escena.

 

La parada inicial es el Cementerio Judío de Varsovia. Con la guía de Marcelo Feiguín, director pedagógico de la sede Belgrano, recorren campos de concentración, se sacuden ante las fosas comunes del bosque de Katyn, siguen por Cracovia, se quiebran cuando les detallan cómo los judíos morían en las cámaras de gas, cómo terminaban en los hornos crematorios. «Es la industrialización de la muerte», dice uno de los chicos que da testimonio. Al final llegan a Auschwitz para hacer la Marcha por la vida recordando la atroces Marchas de la Muerte.

 

Fue en 1944 y 1945 cuando los nazis retrocedían en todos los frentes y faltaba poco para que las tropas soviéticas entraran al escenario más imponente de la masacre: los campos de concentración de Auschwitz. En la huida los nazis vieron que no tenían tiempo para exterminar a los últimos judíos ni para borrar las huellas del genocidio y decidieron evacuarlos. A través del campo nevado obligaron a marchar hacia el Este a todos los que pudieran caminar. Salieron sesenta mil. En el trayecto murieron miles.

 

En las Escuelas ORT, en el medio de las escenas, se entremezclan testimonios de sobrevivientes de la Shoá que narran el terror que sintieron. De sus relatos subyace un mensaje que se repite: «Que las muertes no sean en vano. Transmitan en el futuro lo que están viviendo en el viaje para que nunca más vuelva a suceder».

 

El mismo día que los chicos aterrizan en Israel, hay luto nacional en recuerdo por las víctimas. El documental muestra el respeto absoluto. Cuando una sirena suena en Jerusalén, la ciudad se detiene. Los autos frenan, los conductores bajan y se paran con la mirada al cielo durante un minuto de silencio.

 

Israel sorprende a los chicos. Reconocen la combinación de dos elementos que se suponen contradictorios: la tradición histórica con la innovación tecnológica. En la estación final, las distintas delegaciones se unen en El Muro de los Lamentos y hay algarabía, celebración.

 

Durante los 40 minutos que duró la proyección, ni un rumor invadió la sala. Primero los aplausos y después el hatikva rompieron el silencio. Los espectadores se pusieron de pie. Los chicos de primaria entraron con las banderitas israelíes. La pantalla mostró las otras cuatro sedes, desde Buenos Aires hasta Jerusalén, dispuestas a entonar el himno del Estado de Israel todos juntos.

 

«Para la institución es un honor y un orgullo poder contar con producciones que profundizan la transmisión de la identidad y la historia del pueblo judío, uno de los pilares de ORT que lleva más de ocho décadas educando para la vida», señaló Moscovich.

 

Al igual que la travesía de los alumnos, que primero fue congoja y después alegría, el evento cerró con una fiesta. Percusión, música, papelitos, comidas típicas judías, charlas amenas, risas y baile. Estudiantes y adultos bailaron juntos. Celebraron el 70 aniversario de la Independencia de Israel.

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