Giselle Rímolo tiene habilitadas las salidas transitorias pero no quiere dejar la cárcel

Se especula que su decisión podría tener que ver con una mala relación con su ex marido Juan Carlos Gaineddu, con quien ella debía volver a vivir durante las salidas.

Giselle Rímolo puede salir de la cárcel pero no quiere. Prefiere el encierro en el penal de Ezeiza antes que volver a pisar la calle. A pesar de que hace exactamente un mes la Justicia de ejecución penal le otorgó las salidas transitorias por 48 horas al mes, la falsa médica condenada en 2012 a 9 años de prisión por ejercicio ilegal de la medicina, entre otros delitos, avisó que no hará uso del beneficio a pesar de que fue solicitado con mucha insistencia por su abogado durante meses. En Tribunales se especula que su decisión podría tener que ver con una mala relación con su ex marido Juan Carlos Gaineddu, con quien ella debía volver a vivir durante las salidas. De todas formas, no está claro el motivo.

 

La defensa de Rímolo, encabezada por el abogado Roberto Schalgel, impulsó durante casi toda la pandemia distintos pedidos para que su clienta sea sacada de la institución por peligro de contagio de COVID-19, aunque siempre le fue rechazado ese beneficio. Sin embargo, ya con más de la mitad de la condena cumplida, el 5 de abril pasado la jueza de ejecución penal Jimena Monsalve le otorgó el beneficio de salidas transitorias con monitoreo satelital por un plazo de 48 horas al mes.

 

El Servicio Penitenciario Federal debía disponer en qué momento le permitían la salida procurando cuidar los protocolos sanitarios por la pandemia. Sin embargo, hace unos días, cuando la notificaron de cuáles eran los dos días que tenía habilitados, agradeció pero aclaró que prefería quedarse adentro.

 

Rímolo pasa sus días en la casa N° 5 del Instituto abierto de pre-egreso “Juana Azurduy”. Se trata de un grupo de viviendas dentro del predio de la cárcel, donde se alojan las mujeres que tienen buena conducta y están cerca de recibir la libertad. Allí pueden estar con sus hijos, gozar de cierta libertad para moverse en los espacios al aire libre y, además, el lugar es más cómodo para vivir. Con sus compañeras se reparten las tareas de limpieza y mantenimiento del hogar.

 

La ex mujer de Silvio Soldán fue condenada por el Tribunal Oral Criminal N° 7 en el año 2012 a la pena de 9 años por los delitos de homicidio culposo, ejercicio ilegal de la medicina, estafa en más de 70 ocasiones y tráfico de medicamentos peligrosos. La acusación más grave fue por la muerte de Lilian Díaz, una mujer que había acudido a su centro de estética “Cidene” y había consumido unas pastillas para adelgazar recetadas por Rímolo que la llevaron a la muerte. A pesar de la sentencia, la condenada estuvo en libertad hasta el año 2017, cuando la Corte Suprema confirmó el fallo y una delegación de la Policía Federal la detuvo en la casa de Don Torcuato que compartía con su entonces pareja, el abogado Juan Carlos Gaineddu. De allí fue trasladada a Ezeiza donde aún permanece encerrada.

 

Precisamente esa misma casa, ubicada en la calle Las Casuarinas en el norte del Conurbano, fue la que declaró Rímolo para recibir el beneficio. Cuando la sección de Asistencia Social del SPF le consultó a Gaineddu por sus condiciones de vida, aclaró que vivía solo en la propiedad y que sería él la única persona que iría a buscar a Giselle para llevarla y traerla del penal todos los meses.

 

En cuanto a por qué Rímolo rechaza este beneficio, que suele ser sumamente esperado por la población carcelaria, no hay una respuesta clara porque no es necesario que dé un motivo. “Ella simplemente informó que no va a salir por ahora, seguramente el mes que viene se le va a consultar de nuevo”, explican desde Ezeiza.